Calendario de Adviento
El origen de los calendarios de Adviento nos lleva hasta Alemania. Ahí las familias protestantes comenzaron a colgar imágenes navideñas en la puerta de casa por cada día que pasaba desde el 1 de diciembre. De esta forma, al llegar la Nochebuena, 24 imágenes colgaban de la puerta de la casa.
Pero hasta 1902 no apareció el primer calendario de Adviento impreso. Fue la Librería Protestante de Hamburgo quien imprimió el primer calendario, que fue perfeccionándose año tras año. En la edición original se vendían recortables que iban pegándose sobre la imagen del calendario a medida que pasaban los días. En 1920 se comercializó el primer calendario con puertas o ventanas que escondían al otro lado una imagen navideña: había nacido el calendario de Adviento tal y como lo conocemos hoy en día y desde entonces la creatividad no tendría límites.
Tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un producto popular y barato al que casi todas las familias alemanas podían tener acceso. Después se incluyeron chocolates y golosinas al otro lado de las ventanitas y con el tiempo y la globalización los calendarios de Adviento salieron de Alemania para conquistar otras latitudes y llegar, por ejemplo, a España.
Está realizado de manera artesanal con telas de algodón 100% y adornos realizados en fieltro, este calendario de Adviento puede colgarse en cualquier pared. Mundo Raquel os propone una manera divertida de decorarlo para compartir con los pequeños de la casa, tendréis que abrir, uno a uno, los bolsillos marcados con el número del día correspondiente. Adornos de fieltro para nuestro árbol que irán saliendo de cada número para que, cuando llegue el día 24, el árbol luzca tan bonito como el que vemos en la fotografía.
Pero hasta 1902 no apareció el primer calendario de Adviento impreso. Fue la Librería Protestante de Hamburgo quien imprimió el primer calendario, que fue perfeccionándose año tras año. En la edición original se vendían recortables que iban pegándose sobre la imagen del calendario a medida que pasaban los días. En 1920 se comercializó el primer calendario con puertas o ventanas que escondían al otro lado una imagen navideña: había nacido el calendario de Adviento tal y como lo conocemos hoy en día y desde entonces la creatividad no tendría límites.
Tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un producto popular y barato al que casi todas las familias alemanas podían tener acceso. Después se incluyeron chocolates y golosinas al otro lado de las ventanitas y con el tiempo y la globalización los calendarios de Adviento salieron de Alemania para conquistar otras latitudes y llegar, por ejemplo, a España.
Está realizado de manera artesanal con telas de algodón 100% y adornos realizados en fieltro, este calendario de Adviento puede colgarse en cualquier pared. Mundo Raquel os propone una manera divertida de decorarlo para compartir con los pequeños de la casa, tendréis que abrir, uno a uno, los bolsillos marcados con el número del día correspondiente. Adornos de fieltro para nuestro árbol que irán saliendo de cada número para que, cuando llegue el día 24, el árbol luzca tan bonito como el que vemos en la fotografía.
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